Si tuviese que esperar hasta que se me vaya la bronca, debería esperar, mínimo, cinco meses. Por eso, con la mayor tranquilidad posible voy a encarar estos renglones.
Para empezar, voy a utilizar una vieja frase que, creo, representa a la perfección esta lamentable presente del Quilmes Atlético Club: “árbol que nace torcido, crece torcido”. La presentación del Decano ayer en Córdoba fue un fiel reflejo de cómo están hoy las cosas en el club; desprolijo, desordenado, acéfalo, mediocre, turbio, confundido, perdido, ciclotímico, etc, etc.
Por momentos, como ocurrió en los primeros minutos del partido, parece que Quilmes se va a comer crudo a su rival, pero como siempre pasa en éste club, todo cambia de un segundo al otro. Hay ciertos errores que jugadores profesionales no pueden cometer, uno entiende que, por ejemplo, un penal te lo pueden atajar, o un mano a mano te lo puede tapar el arquero, pero hay horrores conceptuales que son propios de un chico de 5 años y no de un tipo que vive del fútbol.
La realidad marca que ayer, la gran mayoría de las cosas, son altamente negativas. Tampoco me quiero quedar con el facilismo que utiliza nuestro DT, por eso analizo también las cosas malas. No te pueden hacer un gol de lateral, más teniendo en cuenta que cuatro fechas atrás te embocaron de la misma forma (Sarría de Atlético Tucumán). Y si quiero ser aun más fatalista, digo que ayer Salmerón tuvo tiempo para tirar una chilena dentro del área, asistiendo de esa forma a Sebastián Cobelli. Tampoco se puede ser tan inocente (por no poner otra palabra más dura) para marcar. La falta de viveza de algunos jugadores me llama la atención y me preocupa. Azcurra tiró un bochazo a la nada que encontró solo a Salmerón….increíble, nadie se avivó que el tipo estaba libre de marcas?. El tercer gol es el más “creíble”, pero si vemos la jugada nuevamente nos damos cuenta que todo nace en otro pelotazo largo que ninguno nuestro se inmutó en tapar. Después, Wilchez tira el centro atrás y, entre dos tipos nuestros, gana el solitario Moreira para dar la estocada final. A veces pienso que habría que traer a jugadores (sobre todo en la última línea) con un poco más de sangre en las venas y, por sobre todas las cosas, más calle, más potrero….los que tenemos parecen improvisados.
El vaso medio lleno está constituido por la ganas de Diego García para pedirla, encarar, mostrarse, gambetear y desnivelar en la gran mayoría de las jugadas en las cuales intervino. El segundo tiempo de Kalinski, que manejó los hilos del mediocampo y se apoderó de la pelota en el momento que la misma quemaba. Olivares intentó generar algo, pero sin ser desequilibrante, aportó buenas intenciones. Almada intentó proyectarse por su sector y eso es positivo, pero tampoco podemos pretender que el gaucho sea quien conduzca al equipo.
Párrafo aparte para Alberto Pascutti. Yo, si fuese dirigente de Quilmes y mi director técnico mira el partido sentado en una sillita de plástico como si estuviese tomando mate en la casa, al día siguiente lo echo, aunque le tenga que pagar hasta la finalización del contrato. Patético Beto, tan patético como la campaña que está realizando tu equipo….mejor dicho, NUESTRO equipo. Los cambios que hace son tragicómicos. Luna, en lugar de Sequeira, no le aporta absolutamente nada al equipo, que yendo perdiendo necesitaba otro tipo de jugador para intentar dar vuelta la historia. Alemanno, a pesar de ser un jugador que no me gusta, debería haber entrado antes. Con un 0-3 era imposible que haga algo.
Creo que este ciclo llegó a su fin, aunque lamentablemente va a haber Pascutti para rato, si tiene la banca del dueño no hay forma de pensar en una salida del actual “orientador táctico”.
Puede ser que piensen que soy muy pesimista. Y SI, soy pesimista por que los que pueden hacer que las cosas cambien no hacen lo que tienen que hacer. IGUAL QUILMES QUEDATE TRANQUILO QUE LOS HINCHAS FIELES QUE TE QUEREMOS VAMOS A ESTAR AL LADO TUYO SIEMPRE.
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