jueves, 26 de febrero de 2009

Lo que dejó la 21

El partido dejó realmente poco y el material de análisis es apenas las ganas que le mete Carretero, lastima que está terriblemente solo. La historia es la misma de siempre, Quilmes jugó, como nos tiene acostumbrados, al “ver que pasa y si Morales está inspirado capaz ganamos”. Yo cuando pago la entrada para ir al cine quiero ver películas distintas, no quince veces la misma.

Voy a aprovechar éste espacio, mi espacio, para dejar de lado la visita a San Juan y hablar sobre otras cuestiones que, en un punto u otro, están relacionadas.

La última y única decisión acertada de Pascutti fue dejar de lado al Máquina Giampietri, jugador que mal que nos pese cumplió un ciclo dentro de Quilmes y, tristemente, dentro del fútbol*. De ahí en adelante todo el humo que quiso vender no fue suficiente para maquillar el triste desempeño que esta teniendo el equipo cada vez que entra a la cancha.

Es imposible armar un proyecto firme cuando la seriedad y la coherencia quedan de lado. Si tuviésemos que encasillar al Beto, diríamos que es un técnico motivador, pero nada más: con técnicos motivadores cosechas resultados a corto plazo, como ocurrió en la recta final de la temporada pasada. Para encarar 38 fechas se necesita otra cosa, por ejemplo, planificación, trabajo, idoneidad, etc. TODOS, absolutamente TODOS los hinchas de Quilmes compramos un personaje y en él depositamos la esperanza de volver a la categoría máxima del fútbol argentino.

La desilusión fue grande cuando empezamos a ver cosas que estaban fuera de los planes, manejos ilógicos, discursos “para la gilada”, y demás. Si le sumamos que el rendimiento y los resultados no acompañaron, estamos en presencia de una situación que solo se sostiene por obra y arte de quien maneja los hilos en el QAC. La verborragia del Beto era algo que conocíamos, pero a esta altura sus palabras resultan fulminantes para los oídos Cerveceros.

Hay ciertas formas que un técnico de Quilmes debe guardar, para colmo, su hijo Marcelo, en vez de calmar las cosas tira más leña al fuego. La reacción del lunes se podría catalogar como vergonzosa, más allá de si tienen razón o no. Con esa actitud están dañando la imagen del club, y eso es algo que no se debería permitir, más teniendo en cuenta que habría una denuncia dando vueltas. Desde mi humilde lugar pido por favor que se trabaje más y que se hable menos, las respuestas hay que encontrarlas reflexionando puertas adentro, no buscando excusas para justificar lo injustificable.

El fondo del camino es totalmente negro, y quienes tienen peso de decisión en el club siguen con el stereo a todo volúmen escuchando Pipo Pescador, como si nada estuviese pasando.

Me da la impresión de que esta situación no tiene vuelta atrás. Pascutti demostró que no tiene atributos para dar vuelta la taba y ya es hora que venga alguien que esté dispuesto a darle a Quilmes otra cosa, no solo papelones fuera de la cancha, exabruptos, excusas ni frases tribuneras e irritantes.

Seguramente algunos hinchas, los que me tildan de pesimista, seguirán comprando espejitos de colores mientras el barco se sigue hundiendo. Pero no se puede tapar el sol con la mano, y para poder mejorar hay que tener plena conciencia de la realidad, por eso baso mis opiniones en el realismo y no en la ciencia ficción que nos quieren imponer.

* Fernando Chiofalo, presidente de Sarmiento de Junín y hombre que impulsó el regreso de Adrián al Kiwi, dijo que “el nivel de Giampietri es muy pobre. No rindió lo que esperábamos pero depende solamente de él, de la fuerza de voluntad que ponga para volver a su mejor estado físico”.

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