martes, 10 de marzo de 2009

Lo que dejó la 23

Espero que los seis puntos que separan a Quilmes de los puestos de promoción no sean la excusa para que se alargue un ciclo que debería haber terminado mucho tiempo atrás. Pascutti, acorralado ante la ineludible realidad, tiene la decisión de dar un paso al costado, eso no lo puede negar nadie. Ahora parece que algunos jugadores del plantel, naturalmente los más experimentados, le piden al Beto que continúe. Lo que deberían saber esos muchachos es que, si tan identificados están con el director técnico, lo respalden dentro de la cancha, para empezar a ganar y de una vez por todas regalarle alguna alegría a la gente, que a esta altura se ve postergada año a año.


Pascutti le ha servido a Quilmes cuando asumió, realizando una excelente campaña. Pero una excelente campaña de cinco o seis partidos. Siento que la presión del mundo Quilmes lo comió y desde hace bastante tira fichas sin saber a donde las pone. Lamentablemente para sus aspiraciones, en el fútbol se gana con sacrificio, con trabajo, con dedicación, con empeño, formando buenos planteles y bajando un mensaje claro para que los jugadores puedan interpretarlo dentro del campo de juego. Pascutti no hizo nada de eso y a la vista están los resultados, que son por demás elocuentes. Y que quede claro, cuando un técnico, se llame Pascutti, Pérez o González, se queda clavado dentro del banco de suplentes ante la adversidad lo que intenta transmitir es un contundente “no tengo más fuerzas para dar vuelta la situación”. Cuando eso pasa, la solución es dejarle el lugar a otra persona para que traiga aire fresco.


A la hora de analizar, hay que hacerlo mirando no solo para el banco. Muchos jugadores de este Quilmes están teniendo un nivel paupérrimo y lo que preocupa es que esos son los integrantes de la famosa columna vertebral. ¿A González Bordón y a Luna que le podes pedir?, son jugadores malos por naturaleza, pero algunos pueden dar más y, por un motivo o por otro, se arrastran por la cancha.


Pontiroli, si bien yo lo banco, no tiene la reacción necesaria y lo demuestra en varias jugadas, más allá que muchas veces nos salvo de goleadas. Los dos marcadores centrales son extremadamente lentos y, sobre todo Fassi, comete equivocaciones que te hacen pensar “¿Cómo llegó este pibe a jugar en Primera?”. Herbella marca poco y habla mucho; está perfecto que de indicaciones, pero si no para a ningún delantero se desdibuja su voz de mando. Bonet parece, si bien juegan de distinto puesto, el Alemanno versión 09: corre y no aporta nada. Reggi hace lo que puede pero físicamente, para mí, le falta, a tal punto que lo noto con serias dificultades para saltar. Morales, otro que está bajo, se salva de las críticas por que si no fuese por él, hoy estamos peleando el descenso.


Marcado el territorio, Quilmes es apenas un equipo con apellidos que a la hora de jugar, deja mucho que desear. La apuesta era otra. Se trajeron refuerzos para apuntar a otra cosa pero el desenlace es el mismo de siempre. A Pascutti le dieron una supuesta Ferrari que, después de algunos retoques, terminó quedando como un Fitito y el choque con la realidad fue mucho más doloroso.


Es tiempo de cambiar, aunque seguramente ya sea tarde. La única luz en el camino es que esto es fútbol, y en el fútbol puede pasar cualquier cosa. Pascutti debería ser inteligente para interpretar una realidad que se cae de madura.


Yo dejé de creer en Papá Noel desde que vi a mi mamá dejando los regalitos en el árbol de navidad…..no se ustedes.


QUIERO AGRADECER PROFUNDAMENTE, EN PRIMER LUGAR, A MIS VIEJOS Y DESPUÉS A SONIA (CON EL TEMA MICROS, HORARIOS, EMPRESAS), QUE SE HAN MOVIDO PARA AYUDARME A LLEGAR EN TIEMPO Y FORMA AL ESTADIO DE ATLÉTICO RAFELA Y PODER COMPARTIR UNA NUEVA TRANSMICIÓN JUNTO A OSCAR GARCÍA Y LA GENTE DE RADIO CRISTAL.

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