Los prescindibles

Sin dudas, por estas horas, la palabra de moda en el QAC es “prescindibles”. Suena raro que en la mitad de una temporada se tengan que ir ocho jugadores, sin embargo, el año pasado, a esta altura, el plantel no había sufrido bajas y los resultados fueron malos igual. Está claro, en el fútbol nada ni nadie te garantiza los tan ansiados resultados.

Algunos de los nombres que integran esa “lista negra” son lógicos, sobre todo por bajos rendimientos futbolísticos. Héctor Sosa y Esteban García, si bien fueron sugeridos por los propios dirigentes, ya cumplieron su ciclo. Edgar Ramos fue un turista de lujo y, si no encuentra club, gozará de otros seis meses de veraneo en Buenos Aires, el Churro Soria, como tantos otros chicos, terminará jugando en otro club y Alemanno, alternando más malas que buenas, tampoco tiene mucho potencial como para incrementar su rendimiento.

Sorprende que Diego Sequeira quede afuera del plantel, siendo el Negro, uno de los mejores jugadores que sacó Quilmes de su cantera en los últimos años. Algunos hablan de falta de profesionalismo y otros de poca disciplina táctica, pero teniendo en cuenta que en esa posición está Luna (jugador del montón si los hay), el pibe de Adrogué no puede faltar en este equipo. Me gustaría que los directivos se pongan firmes y le digan al DT “no, este jugador es patrimonio del club, se tiene que quedar”. Yo si tuviese peso de decisión no estaría tan confiado en los gustos futbolísticos de Pascutti.

Lo de Adrián Giampietri y Sergio Marclay es una mezcla de sentimientos con un presente deportivo que no es el ideal.

El Maquina es un jugador muy querido por el hincha de Quilmes, pero su flojo estado físico repercutió negativamente, haciendo que dentro de la cancha su producción sea de regular para abajo. El 10 va a dejar el club del cual es hincha y lleva en el corazón, pero siempre estarán en la retina del simpatizante Cervecero aquellas tardes gloriosas, llenas de fútbol y magia. Hoy, más que nunca, podemos afirmar que GIAMPIETRI ES QUILMES y eso, le pese a quien le pese, nunca va a cambiar. Desde éste humilde lugar, me permito agradecerle a Adrián todo lo que le dio al Decano. Las puertas siempre estarán abiertas para una vuelta.

Al Pájaro, otro tipo muy querido en el mundo Quilmes, es difícil analizarlo desde lo realizado dentro de la cancha ya que sufrió una lesión importante que le impidió mantener su nivel. Cuando volvió, jugó poco y le costó físicamente, así y todo, le alcanzó para marcar un gol, aunque eso es solo un premio consuelo. Espero que pueda tener el éxito que se merece. Lamento los contratiempo que aparecieron, sin ellos, seguramente ahora estuviésemos disfrutando del Marclay que vimos explotar en la temporada 01/02.

Ojala que Pascutti haya acertado en la conformación de la lista, como director técnico tiene el derecho de elegir con quienes contar y con quienes no. A esta altura del partido el margen de error es 0, por eso es importante dejar los caprichos para otro momento y pensar que el único beneficiado debe ser el Quilmes Atlético Club. Si las salidas de Giampietri, Marclay y Sequeira van a descomprimir la situación, bienvenido sea, pero si el circo va a seguir funcionando como hasta ahora, el termómetro de la ilusión va a ser muy bajo.